jueves, 28 de abril de 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA FAMILIA


RELACIONES ENTRE PADRES E HIJOS.


Hay dos tipos de padres, los que explican a sus hijos en qué consiste el mundo de las emociones y los que prefieren ignorarlo. En este grupo están los padres que no tienen tiempo y se cubren las espaldas atiborrando a los niños de regalos y también los que imponen su autoridad con el no por delante. La primera variante, la de los tutores emocionales, es una especie muy rara en nuestros días. Como dice Daniel Goleman, "los padres hablan cada vez menos con sus hijos, no se interesan por su mundo interior, las familias están rotas y los niños viven terribles situaciones de incomunicación y aislamiento". Resultado: estamos creando una generación de futuros analfabetos emocionales.



Un conocido profesor de la Universidad de Washington, John Gottman, dice que "amar a los niños no es suficiente. Hace falta enseñarles habilidades para las que muchas veces no estamos preparados. Es que nadie nos ha enseñado a ser padres".

Según Alejandro Roca Soto, podríamos seguir algunos principios para educar emocionalmente a un niño:

􀂙 Póngase en lugar de él. No actúe según su conveniencia.

􀂙 Escúchelo atentamente. Trate de no interpretar psicológicamente qué le ocurre ni lo reprima con frases ofensivas.

􀂙 No lo reproche por tener sentimientos negativos. Estar triste es tan normal como estar alegre.

􀂙 Ayúdelo a controlar sus sentimientos y emociones negativas. Enséñele a superarlas.

􀂙 Incentive su curiosidad. Sígalo de cerca, no lo guíe.

􀂙 Aprenda con él. No lo reprima cuando aprenda algo por sí mismo.

􀂙 No le pegue. Corríjalo siempre que haga falta. Dígale "no" cuando sea necesario.

􀂙 No deje que la televisión haga de padre o madre. Evite que la vea en los primeros meses.

􀂙 Premie sus logros. Alimente su motivación, pero no lo inunde de regalos.

􀂙 Fíjele pequeñas metas. Estimule en él el deseo de lograr algo.



EN LA PAREJA

Diane Sollee, representante del movimiento llamado Smart Marriages que apuesta por las relaciones duraderas en la pareja, dice que un matrimonio inteligente es "una relación sólida, cimentada en una meta común y cuajada de dificultades, una ocasión única para madurar y encontrar la plena satisfacción en la vida...¿cómo se llega hasta él? CON EDUCACION.

Somos unos analfabetos emocionales. En los Estados Unidos, uno de cada dos matrimonios está condenado al divorcio. En España y América Latina no estamos tan lejos.

El profesor John Gottman sostiene que el 90% de los fracasos matrimoniales son perfectamente predecibles. Según él, lo que falta en las parejas es COMUNICACIÓN. En el matrimonio, como en el trabajo, impera la ley del reproche, del insulto y la humillación. Más que convivir, la mayoría de las parejas sobrevive en un clima hostil y prebélico. Marido y mujer acaban convirtiéndose, como dice Daniel Goleman, en enemigos íntimos. Agrega el autor de Inteligencia Emocional que "miles de parejas están en pleno desbordamiento, arrastradas por una tempestad de sensaciones negativas: ansiedad, enojo, ira. Su cerebro emocional tiene permanentemente secuestrado a su cerebro racional y son incapaces de controlar la situación. Así es como acaban haciendo agua las relaciones".

Las claves de una buena relación


􀂙 CONECTARSE CON LOS SENTIDOS. BUSQUE SU PROPIO EQUILIBRIO EMOCIONAL

􀂙 VALORAR CORRECTAMENTE LAS PERCEPCIONES. NO CAER EN LA TENTACION DEL REPROCHE. NUNCA INSULTAR NI HUMILLAR A LA PAREJA.

􀂙 SABER ESCUCHAR. NO INTERRUMPIR A SU PAREJA CUANDO HABLA. PRESTAR ATENCION A LO QUE EXPRESA.

􀂙 COMPARTIR LOS SENTIMIENTOS. ESTIMULAR A LA PAREJA Y ALIMENTAR SU AUTOESTIMA.

􀂙 CRITICAR CONSTRUCTIVAMENTE. PERDONAR Y OLVIDAR. NO COLECCIONAR AGRAVIOS.

􀂙 EXPRESAR CLARAMENTE LAS IDEAS. HABLAR SIN TEMOR DE PARECER VULNERABLE O DEMASIADO FRAGIL.

􀂙 ESTAR SIEMPRE PRESENTE CUANDO LA PAREJA REQUIERE AYUDA.

􀂙 NO INVOLUCRAR A LOS NIÑOS.


Desde luego que no es suficiente que sólo una de las partes actúe en forma inteligente si la otra no lo hace. La idea central es que ambos sean inteligentes emocionalmente para que la empatía fluya con naturalidad y que los pequeños y grandes conflictos de la vida cotidiana se resuelvan con eficacia. Para bien o para mal, la emoción es contagiosa.



No Reprimir las Emociones

Lejos de pretender ahogar los sentimientos y las emociones, actuar con inteligencia emocional significa expresar y aceptar con naturalidad los estados de ánimo. Claro que no se trata de dejar que la emocionalidad invada e invalide el razonamiento. Debemos tener en cuenta que, de alguna manera, tenemos dos cerebros. El emocional y el racional. Si el primero actúa descontroladamente, fuera de la órbita de nuestra conciencia, es posible que el maltrato aflore y se constituya en una modalidad cotidiana.

Muchas veces oímos expresiones como "no traigas a casa los problemas de tu oficina". Esta represión y negación de conflictos emocionales horada lentamente una relación de pareja. Porque los conflictos no elaborados adecuadamente, en el momento oportuno y en el lugar adecuado, se presentarán en el futuro con mucho mayor gravedad. No se trata de transportar los problemas del trabajo a la relación familiar por el solo hecho de compartirlos, sino como una oportunidad de elaborarlos y encontrar las mejores soluciones en un marco de amor y comprensión. Esto es también aplicable a los problemas de los jóvenes, quienes por lo general no se sienten escuchados por los mayores.

sábado, 9 de abril de 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA RELACIONES LABORALES


A continuación se presentan algunos importantes aspectos que influyen tanto en las relaciones interpersonales como en la eficiencia al interior de una organización.

Manejo de conflictos
Negociar y resolver desacuerdos
Las personas dotadas de esta aptitud:

  • Manejan con diplomacia y tacto situaciones tensas y personas difíciles.
  • Detectan los potenciales conflictos, ponen al descubierto los desacuerdos y ayudan a reducirlos.
  • Alientan el debate y la discusión franca.
  • Orquestan soluciones que benefician a todos.

Uno de los talentos que presentan quienes son hábiles para la solución de conflictos es detectar los disturbios cuando se están gestando y tomar medidas para calmar a los involucrados. Para esto, son cruciales las artes de escuchar y empatizar. Esa diplomacia es una cualidad esencial para el éxito en trabajos tan delicados como la auditoría, la investigación policial o la mediación, cualquier otro en que dos personas sean mutuamente dependientes bajo presión.
Liderazgo Inspirar y guiar a individuos o grupos.

Las personas dotadas de esta aptitud:
  • Articulan y despiertan entusiasmo en pos de una visión y una misión compartidas.
  • Se ponen a la vanguardia cuando es necesario, cualquiera sea su cargo.
  • Orientan el desempeño de otros, haciéndoles asumir su responsabilidad.
  • Guían mediante el ejemplo.


Iniciar o manejar los cambios
Las personas dotadas de esta aptitud:
  • Reconocen la necesidad de efectuar cambios y retirar obstáculos
  • Desafían el status quo para reconocer la necesidad de cambio
  • Son paladines del cambio y reclutan a otros para efectuarlo
  • Sirven de modelo para el cambio que se espera de otros
En la actualidad, las organizaciones reorganizan, despojan, se funden, adquieren, arrasan con las jerarquías, se universalizan. En la década de los noventa, la aceleración del cambio ha puesto en ascenso la capacidad de liderarlo. En estudios anteriores, efectuados en los años setenta y ochenta, ser catalizador de cambio no era algo muy apreciado.
Alcacíbar, J.C.(2002).

                                                           Richard Boyatzis - Inteligencia emocional

De la inteligencia emocional a las normas de la cultura y las reglas de comportamiento. Richard Boyatzis, profesor de Comportamiento Organizalcional en la Universidad de Case Western Reserve y experto sobre el campo de inteligencia emocional, nos habla sobre las relaciones y el comportamiento entre miembros de una compañía. ¿Cómo nos tratamos?, ¿Qué es lo importante?, ¿Cómo nos escuchamos?.

viernes, 1 de abril de 2011

¿Qué hace a un líder?

El coeficiente intelectual y las destrezas técnicas son importantes, pero la inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo.

Toda la gente de negocios conoce la historia de algún ejecu­tivo altamente inteligente y preparado que asumió una posición de liderazgo y fracasó. Y también conoce el caso de alguien con sólidos, aunque no extraordinarios, conocimientos intelec­tuales y técnicos que asumió un puesto similar y llegó muy alto. Anécdotas de este tipo sostienen la creencia generalizada de que identificar a individuos que tienen “lo que hay que tener” para ser líderes es más un arte que una ciencia. Después de todo, los estilos personales de líderes sobresa­lientes varían: algunos son moderados y analíticos, otros vociferan sus procla­mas desde la cima de la montaña. Igual­mente importante, cada situación re­quiere diferentes tipos de líderes. 

Mayoría de las fusiones necesita un ne­gociador sensible al mando, mientras que muchos procesos de cambio requie­ren una autoridad más enérgica. No obstante, he descubierto que los líderes más efectivos se parecen en algo fundamental: todos tienen un alto grado de lo que se conoce como inte­ligencia emocional. No es que el coefi­ciente intelectual y las destrezas técni­cas sean irrelevantes. Son importantes, pero como “aptitudes de umbral”; es decir, son los requisitos básicos para puestos ejecutivos. Pero mi investiga­ción, junto con otros estudios recien­tes, muestra claramente que la inteli­gencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo. Sin ella, una per­sona puede tener la mejor preparación del mundo, una mente incisiva y analítica, y un infinito surtido de ideas inte­ligentes, pero aun así no será un buen líder. 

¿Se puede aprender la inteligencia emocional?


Durante décadas se ha venido debatiendo si los líderes nacen o se hacen. Lo mismo ocurre con el debate sobre la inteligencia emocional. ¿Las personas nacen con ciertos niveles de empatía, por ejemplo, o los adquieren como resultado de sus experiencias de vida? La respuesta es que ambas alternativas están en lo cierto. Hay investigaciones científicas que sugieren la existencia de un componente genético en la inteligencia emocional. Estu­dios psicológicos sostienen que la crianza también desempeña un rol. Quizás nunca se sepa cuánto corresponde a cada cual, pero la investigación y la práctica demuestran claramente que la inteligencia emocional se puede aprender. 

Una cosa es cierta: la inteligencia emocional aumenta con los años. Hay una antigua palabra para describir este fenómeno: madurez. Pero incluso con la madurez, algunas personas todavía necesitan entrenarse para mejorar su inteligencia emocional. La­mentablemente, demasiados programas de entrenamiento que tratan de construir capacidad de liderazgo (incluida la inteligencia emocional) son una pérdida de tiempo y de dinero. El problema es simple: se centran en la parte incorrecta del cerebro. 

La inteligencia emocional nace principalmente en los neuro­transmisores del sistema límbico del cerebro, que controla los sentimientos, los impulsos y los estímulos. Las investigaciones indican que el sistema límbico aprende mejor mediante la moti­vación, la práctica prolongada y la retroalimentación. Compárese con el tipo de aprendizaje que se produce en el neocortex, que controla la capacidad analítica y técnica. El neocortex se encarga de los conceptos y de la lógica. Es la parte del cerebro que deduce cómo usar una computadora o hacer una llamada de ventas con sólo leer un libro. No resulta sorprendente (aunque sea erróneo) que también sea la parte del cerebro sobre la que se centran la mayor parte de los programas de entrenamiento para mejorar.


G., Daniel, Harvard Business Review, oct, 2004